Nuestro amigo y socio de la asociación, Leandro Marinello, de la lejana, pero tan próxima en nuestros corazones, Argentina, nos ha enviado una crónica de la Muestra de Coleccionismo que se celebró en la ciudad argentina de Córdoba entre los días 16 al 25 de pasado mes de agosto.
Entre los días 16 y 25 del pasado mes de agosto de
2019, como desde hace 28 años, en la mediterránea ciudad de Córdoba, Argentina
(la segunda ciudad más grande de este país) se llevó a cabo una muestra
impulsada por una asociación local denominada ACME (Amigos del Coleccionismo, Modelismo Estático, Ferromodelismo y Hobbies).
Durante las fechas indicadas, el “Museo de la Industria” de la nombrada ciudad,
abrió las puertas al público general para mostrar lo que sucede en el
apasionante mundo del coleccionismo, con el afán de divulgarlo y poner en valor
el esfuerzo de cientos de coleccionistas locales que, día a día y desde hace
tiempo, llevan adelante sus colecciones haciéndolas crecer con entusiasmo,
dedicación y, sobre todas las cosas, con mucha pasión.
No habían reglas para exponer en la muestra; toda
persona que tuviera una colección (por más grande o pequeña y por más
tradicional o exótica que pudiera parecer) contaba con la posibilidad de
mostrar aquello por lo que se apasiona. Así, la muestra se nutrió de todo tipo
de objetos coleccionables, tan diversos como sus propios dueños. Hubo espacio
para los juguetes antiguos (aquellos de principios del siglo pasado, que eran
de latón) y otros más “ochentosos”, autitos de todo tipo de escala y modelos, artículos
de mundiales de fútbol, billetes y monedas de todas las épocas y lugares del
mundo, objetos relacionados con comics o películas, entre muchos otros curiosos
objetos como lápices, cajitas de fósforos o frascos antiguos.
Sin embargo, si has llegado hasta aquí, te interesaría
saber que también hubo lugar para los objetos cerveceros. En esta 28° edición
de muestra de coleccionismo, hubo un papel estelar para las “chapitas”.
Este maravilloso objeto, el que –por otro lado- ha
sido uno de los inventos más útiles para la evolución de la industria de todo
tipo de bebidas y productos (particularmente cerveceros) se llevó, sin lugar a
dudas, una gran cantidad de elogios tras el público que, asombrado, supo
valorar la belleza de estas piezas.
Es por todos conocido que, “la chapita de la cerveza”,
suele tirarse sin más, cuando el mejor brebaje del mundo es abierto para ser
disfrutado con familia, amigos, en un viaje o –simplemente- tras un agotador
día de trabajo. Pero, cuando te detienes a observarlo tan solo por un momento,
serás capaz de contemplar la explosión de diseño y colores que hay en un
pequeño radio de tres centímetros.
Fue la primera vez que se expuso sobre las tapas
corona en la ciudad cordobesa y, vale decir, una de las únicas en toda la
Argentina. Uno de los socios de la ACDCC, Leandro Marinello, junto con otros
colegas “chapiteros” de su ciudad (Juan, Gonzalo y Juan Pablo), expusieron una
vitrina repleta de todo tipo de chapas, consistiendo la muestra en tapas
antiguas (entre las cuales había muchas españolas y catalanas), series
completas de todo tipo, tapitas argentinas (por supuesto), tapas de otros
rincones del mundo y, a pesar de que había chapitas de todo tipo de bebidas,
hubo un especial lugar para las tapas
cerveceras.
Es de destacar que estos coleccionistas forman parte
de un grupo amigo denominado CTCA (Coleccionistas
de Tapas Corona Argentina), siendo éste el mayor y más antiguo grupo de
coleccionistas de tapas corona de Latinoamérica, con más de diez años de
vigencia (siendo éste un grupo exclusivo de “chapitas”, como comúnmente se
denominan en esa región del Globo).
Durante los diez días que duró la muestra, las
chapitas captaron el asombro de los visitantes de la misma impulsándose -de ese
modo- su coleccionismo, partiendo siempre de la base de que se trata de objetos
de una infinita variedad de diseños y que carecen de un verdadero valor
mercantil. Además, se trata de uno de los únicos artículos en el mundo del
coleccionismo que pueden hallarse en forma gratuita y fortuita, y que cuentan
siempre con el mismo tamaño, siendo este un aspecto muy importante respecto de
su almacenamiento y clasificación (si eres coleccionista, sabrás de qué estamos
hablando).
Celebramos, entonces, que el coleccionismo se haga
visible en todas las sociedades, resaltando los valores que conlleva el
practicarlo: solidaridad, amistad, perseverancia, memoria, esfuerzo y
conservación histórica (por nombrar solo alguno de ellos) y que las “chapitas”
sigan cobrando un papel relevante dentro del mismo.
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